Hace apenas una semana, miles de usuarios en redes sociales comentaban sobre el ya desacreditado reinado nacional de la belleza, que en mi opinión, con respeto a quienes participan de él, hace parte de las excentricidades con las que se distrae nuestro empobrecido país.

Pero es claro que no hablaré del reinado, no me interesa, ni lo polémico que pueda ser para algunos lo que acabo de decir, sino sobre un caso que giró al rededor de este certamen y en el cual me vi involucrado como responsable de un medio de comunicación local, EL PUEBLO de Cali, Colombia.

Mas que una confesión, porque la verdad de lo sucedido lo aclaré en medios y se explicó en nuestro portal, quiero hacer una reflexión personal sobre la polémica ya que por lo mediático y coyuntural, pasó a ser un adorno más en las agendas de entretenimiento y una burla al, repito, ya desacreditado reinado de belleza.

Primero no tiene pies ni cabeza pensar que intencionalmente hubiésemos adelantado una noticia 40 minutos antes de que se conociera la versión real. Tampoco tiene noción de realidad creer que un medio local va a tener un «chiva» de esa naturaleza y menos EL PUEBLO en el cual el porcentaje de noticias de entretenimiento es mínimo, no tiene relación con el reinado y ni siquiera teníamos un corresponsal en Cartagena, información que seguro muchos no sabían. Sin embargo muchos así lo pensaron y lo siguen pensando, porque lo que es polémico se difunde, se deja un manto de duda, pero parece que no les importara aclarar lo sucedido sino generar controversia porque la versión real no es equitativamente difundida, no solo en medios masivos, sino también en redes sociales. Seguro que hasta aquí ya es una verdad abierta.

Pero detrás de todo esto, los reales protagonistas sin duda fueron los renombrados medios nacionales Caracol y RCN, quienes no dejan de acomodar sus agendas a intereses particulares y utilizando sus medios como fortines también en contra de sus competidores. Si tal vez en esta parte no he sido claro, es simple preguntarse por qué ocupó esta noticia privilegiados lugares en la agenda noticiosa del país casi que abriendo un noticiero (Caracol) y como tema central en la sección de farándula de RCN. De hecho,  ¿era una noticia? Por qué tanto escándalo con algo que pasa regularmente en los medios y  por qué tuvo más resonancia que lo haya publicado un medio local. Si creemos que fue por la polémica en redes con seguridad han existido casos más polémicos que no han ocupado espacios similares en medios masivos.

La explicación es clara porque desde un principio la polémica que desde ese mismo lunes (12 de nov) en la noche ya habíamos rectificado al momento de bajar la nota, Caracol la convirtió en noticia al día siguiente a las 10 de la mañana, primero en radio con «Hoy por Hoy» y luego en el noticiero del medio día. El enfoque siempre era la polémica y la duda, no les bastaba la aclaración que ya se había dado, con la clara intención de dañarle la fiesta a su competidor RCN quien era el medio que transmitió en exclusiva el reinado. Sin embargo RCN no se quedó atrás, quienes de seguro vieron la nota en Caracol, y en su sección de entretenimiento sacaron una nota comentada ampliamente por sus presentadoras defendiendo su reinado, queriendo dejar claro que sí fue en vivo y que no era una farsa como lo querían hacer ver en redes y sin decirlo, también la competencia.

Este hecho es una muestra clara que la agenda informativa la definen los medios desde sus intereses económicos, nada nuevo para algunos tal vez. Para nosotros quedará como una anécdota más que le dio visibilidad a un medio local, que aunque es casi seguro que muy pocos recordarán en detalle lo sucedido, si debe ser motivo para exigir a estos poderosos canales calidad y criterio al informar, porque nuevas alternativas hay para informarse y los medios locales no están lejos de ser una opción.

Otra cosa:

No está en vano reflexionar también sobre nuestra participación en redes sociales como marca o personas, independiente al caso, porque en estos tiempos donde todos tenemos la oportunidad de se prosumidores (productores y consumidores de contenidos), no debemos ser ajenos a los deberes de quienes producimos información y es que rectificar es una obligación como principio de credibilidad. No podemos usar las redes para desacreditar, burlar y luego callar, las redes no deben ser armas sino herramientas para dialogar y construir. 

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